martes, 13 de abril de 2010

Nº 36 TERCER TRIMESTRE: LA RELIGIÓN EN EL RENACIMIENTO A TRAVÉS DEL ARTE

El Renacimiento fue un movimiento espiritual de liberación, como si el hombre hubiese superado una etapa difícil, violenta, oscura en muchos aspectos y, de repente, volviera a descubrir el Sol, la luz, los colores, la Naturaleza y, de rechazo, a sí mismo. Fue un movimiento por el cual las artes, la cultura, las ciencias, las letras, la propia vida de los pueblos, sufrió una sacudida en busca de la Belleza y de la Verdad. Las causas que lo motivaron fueron múltiples, y diversos los factores que determinaron su aparición. Algunos de tipo netamente material, y otros de índole religiosa o filosófica. La riqueza fue la primera de las causas que permitieron una espléndida floración de artistas y de pensadores. Las ciudades, libres de la miseria y de la opresión feudal propias de la Edad Media, encontraron en el comercio una corriente vital que las renovó y encumbró. Las primeras que experimentaron los beneficios del movimiento renacentista fueron las grandes ciudades italianas, nacidas y enriquecidas por las corrientes mercantiles: Florencia, Venecia, Milán y Roma. El dinero corría en abundancia en éstas y otras villas que pronto se convirtieron en lujosísimas urbes, donde se levantaron hermosos palacios, en los que las damas lucían sus encantos y los artistas encontraron los más generosos mecenas de la Historia. Los mercaderes eran poderosos señores y en muchas ocasiones los nobles no desdeñaban el patrocinio de costosas empresas comerciales que rendían grandes beneficios.

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