jueves, 6 de mayo de 2010

Nº 41 TERCER TRIMESTRE: LAS CREENCIAS DEL BUDISMO.

En el Budismo existen, además de las principales corrientes innumerables sectas. Pero he aquí donde surge la verdadera dimensión del Sermón de Benarés, porque no sólo es el primer discurso del flamante Buda, sino el fundamento ideológico de absolutamente todas las vertientes de la Doctrina: más allá de sus respectivas diferencias metodológicas, si hay un centro en el cual convergen, es en este sutra. No obstante, el hecho de diferir en otras cuestiones jamás ha dado lugar, entre los distintos grupos existentes, a las «guerras santas»; todo lo contrario, la tolerancia mutua ha sido una de las más destacadas características d& Budismo, la única creencia histórica que, en ninguna parte, ha derramado una sola gota de sangre para difundir sus principios: ellos se impusieron solos, por la fuerza de su estructura racional y por la convicción de sus devotos.

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Debe practicarse la misma tolerancia, la misma indulgencia, el mismo amor fraternal hacia todos los hombres indistintamente, y una bondad inalterable hacia los seres del reino animal.

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El Universo ha sido desarrollado y no creado; funciona conforme a la Ley, y no por capricho de Dios alguno.

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Las verdades en que se funda el Budismo son naturales. Han sido enseñadas, según creemos, durante eones o períodos sucesivos del mundo, por ciertos seres inspirados, llamados Budas; la palabra Buda significa «Iluminado».

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El cuarto Maestro del período actual fue Sakyamuni o Gautama Buda, de regia estirpe, que nació hace uno 2 500 años. Es un personaje histórico, y su nombre era Siddharta Gautama.

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Sakyamuni enseñó que la Ignorancia produce el Deseo, que el Deseo no satisfecho es causa de la Reencarnación, y la Reencarnación causa de Sufrimiento. Para evitar el Sufrimiento, es necesario, pues, librarse de la Reencarnación; para librarse de la Reencarnación, es necesario extinguir el Deseo, y para extinguir el Deseo, es preciso destruir la Ignorancia.

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La Ignorancia fomenta la creencia de que la Reencarnación es una cosa necesaria. Destruida la Ignorancia, se percibe la carencia de valor de cada una de las Reencarnaciones consideradas como fin en sí mismas, así como la necesidad imperiosa de adoptar un género de vida que anule la razón de ser de las Reencarnaciones repetidas.

La Ignorancia engendra también la idea ilusoria e ilógica de que no hay más que una existencia para el hombre, y la otra ilusión de que a esa única vida suceden estado inmutables de goces o tormentos.

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La desaparición de esta Ignorancia puede lograrse con la práctica perseverante de un altruismo que comprenda la conducta, el desarrollo de la inteligencia, la elevación del pensamiento y la destrucción del Deseo de los placeres inferiores.

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Siendo el Deseo de vivir la causa de las Reencarnaciones, cesarán éstas cuando se haya extinguido aquel Deseo, y el individuo perfeccionado alcanzará por la meditación el supremo estado de paz llamado Nirvana.

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Enseñó Sakyamuni que puede disiparse la Ignorancia y suprimirse el Sufrimiento por medio del conocimiento de las «Cuatro Nobles Verdades», que son:

1.Las miserias de la existencia.

2.La causa productora de la miseria, que es el Deseo de satisfacciones, incesantemente

renovado, sin que se logre jamás colmarlo.

3.La destrucción de ese Deseo, o el hecho de librarse del mismo.

4.El medio de obtener aquella destrucción del Deseo. A los medios que indica, se les

llama el «Noble Octuple Sendero», que consta de:

1. Rectos puntos de vista.

2. Rectos pensamientos.

3. Rectas palabras.

4. Recta conducta.

5. Rectos medios de vida.

6. Recto esfuerzo.

7. Recta atención.

8. Recta concentración.

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La recta concentración conduce al desarrollo de la facultad de Buda, que está latente en todo hombre.

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